jueves, 24 de noviembre de 2011

Escuchar fijamente

Si realmente las cosas son como dices y nada ha pasado dentro de los huesos, escúchame. Y para hacerlo llénate primero los oídos de miedo, que tu cabeza sea una balsa de cosas a las que no te atreviste. Ahora tapónalos con los dedos corazones. Que no rebose ni un poquito...Agita la cabeza como en un concierto de Rage Gainst the Machine. Siente la mierda revolviéndose, el pasado haciéndose feroz y mordiéndote en la frente como un perro de presa. Mueve el cuello de manera compulsa hasta que te sientas fuera de los pies, en un estadío de consciencia cercano a la atomización de dos cuerpos a través del sexo salvaje entre polla y coño. Ebullición marciana en la sien.

Ahora frena.

Y para escucharme fijamente, mírame a los ojos.

3 comentarios:

  1. El texto de "Montaña" genial!! Este muy intenso, desacelerador en su final!

    Abrazos desde el Taller de Somnis!!

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  2. Atomización: Pulverización de líquidos
    Mmm...

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