miércoles, 9 de noviembre de 2011

Arre penti miento

Una vez le dije a una persona muy especial que la vida estaba hecha de prioridades, elecciones y titubeos. Mi prioridad por aquel entonces fue irme lejos, cerrar la puerta y decirle adiós.

Más tarde pensé en rehacer la frase: La vida está hecha de prioridades y elecciones, titubeos y arrepentimientos. Y los porcentajes en que se combinen dependen del diámetro costal de cada uno, de si hace sol o llueve y de que el tiempo que haya pasado haya sido prudencial, exacto o exagerado.
A mi me encanta como suena la palabra arrepentimiento ¿A vosotros no? Está llena de consonantes muy fuertes que repiquetean y hacen sonidos de truenos, carretas, disparos de cámaras lomográficas y cascadas de agua sobre cuerpos de metal. Hay gente que odia lo que ocurre cuando se pronuncia, lo que se derrama sobre el aire; gente que te dirá que no se arrepienten de nada en su vida, que no volverían atrás, que a lo hecho pecho y que son lo que son por los errores que cometieron. A mi sin embargo me encanta si se dicen desde dentro y espaciados en el tiempo. Arrepentirse todos los días es vivir en ciénagas de cobardía. Por eso, un poquito de vez en cuando, no hace daño. Puedes hacerlo con tu propia piel y mantener a buen recaudo en secreto o puedes lanzarlo al horizonte y que todo el mundo lo sepa. Yo prefiero la segunda opción, dinamita el orgullo, te pone alas en los tobillos y paz en la garganta.

A diario elegimos, cada décima de segundo. Nuestros pasos pueden optar por charcos o acerado seco, podemos beber zumo de naranja y plátano o leche con miel. Jersey o sudadera. Sal o azúcar, beso o abrazo. Coche verde o coche azul. Escaleras o ascensor. Cada segundo es una decisión que puede cambiar tu existencia para siempre modificando el rumbo de tus días; y arrepentirte no modifica las elecciones, ni es una máquina del tiempo, ni deshace los errores pero en cierta forma es algo necesario y tan suaaaave.

Joder, estoy dando demasiados rodeos para justificar un arrepentimiento y un lo siento...

Por lo que pueda pasar hoy he elegido jersey gordito, zumo de naranja y plátano, Immanu el, calcetines más gorditos y sol en los bolsillos, ya sabes, mucho sol capaz de derretir toda esta nieve que nos ha separado.

Me arrepiento...

3 comentarios:

  1. mmmmmmm...misterio? jijiji doctorletra@hotmail.com

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  2. Equivocarse es estar vivo, y tiene muxo de necesario para seguir caminando el día después de la caída!! Y arrepentirse es en cierto modo aquello q dá sentido al error y le dota de aprendizaje, es bueno practicarlo, y aún más no esconderlo!!

    abrazos de tallerista!!

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