Las nubes abandonan la ciudad como un ejercito de togas romanas. El cielo está ya despejado. Las fuentes siguen funcionando, los semáforos cambian de color, los restos de comida rápida en la acera, sonidos de grúas, unos jardineros contando chistes...
La vida sigue por aquí abajo, no sabemos por cuanto tiempo de manera tan puta... Y quizás no valga creerse un niño, ni dejar la mente en blanco al sumergirse en las nubes, pero es una bonita trampa, y no hace daño ni miente a nadie, bueno, quizás sí, quizás nos mintamos a nosotros mismos.
no hay nada mejor que estar en el aire durante un tiempo, para poder volver a soplar con fuerza!! :) las nubes y los nubarrones al final siempre saben a Filaderfia!! :)
ResponderEliminarUna sonrisa de tostada!