martes, 7 de julio de 2009

Correr

No me hables de querer si no has visto amarse a dos niños sordos. No me hables de caricias si no has visto dos gaviotas en pleno vuelo rozar sus alas. No me hables del mundo si no has vivido sólo tu pena en una cueva. No me hables de hablar si no sabes valorar mis silencios.

Yo salgo a correr para no ser yo, para ser otro, para tener la sensación de que el mundo pasa deprisa. Siempre he pensado que correr es una buena manera de autoengañarse, de perderse la pista, de creer que todo sigue girando aunque sea mentira. El mundo esta quieto, me digo con sorna mientras acelero o me limpio el sudor. Muy quieto...

Y sí, llevas razón, en el fondo todo es cobardía. Todo gira en torno a eso: la cobardía febril, la más abyecta, la más pobre y ruín de todas, la del engaño, nuestro propio engaño consentido.

Mientras corro pienso en cosas tan dispares como la unión de las palabras "fugaz vistazo" y sus correteos silábicos y sonoros en mi cabeza tras salir escupida de la boca de una mulata en aquella cala perdida y escondida hasta para el viento. Pienso en la pureza al ver al padre en la ensenada enseñando a su hijo como clavar la lombriz en el anzuelo. Pienso en la república del Congo y en Eritrea al ver a los perros gordos casi siendo empujados por unos dueños más gordos que su propia desidia. Pienso en cuanto debieron de doler los tatuajes de la chica rubia que me cruzo, o en cuanto tardarían en sanar sus deudas con los hombres, que de bien seguro que las tuvo. Otras veces pienso en la mediocridad, en si poner lavadora de color o de blanco, en las estampidas de gente y en los borregos sin memoria. No se, son muchas cosas.

Dentro de mi cabeza resumo con afirmaciones y me extiendo en las negaciones. No es culpa mía, yo también soy parte de esa pandemia, de ese ejercito silencioso, de esa nueva generación de pesimistas con sombrero. Nos abundamos en los noes, nos cercenamos y nos amputamos todos los miembros, nos mutilamos hasta las sonrisas cuando de decir sies a boca grande se trata. Somos escuetos, concisos en la forma, más breves que la palabra momento.

Estoy loco, me digo, pero al momento otra idea me surca de nuevo la cabeza, y decido no parar, seguir corriendo. Me falta un poco el aire y los gemelos duelen. ¿Qué hago para cenar? Mañana voy a cambiar el mundo. Seré idota. A veces Björk está sobrevalorada, aún así mataría por haber creado Jóga.

Todo llega a su fin, pero donde yace el final del propio fin. Mi felicidad es disfrutar de querer encontrarla, me digo justo al dar la última zancada. Ya no hay tiempo para la decandencia, pienso mientras miro rápidamente hacia el cielo. Si eras malo haciendo resúmenes en tercero de E.G.B, no habrá mayor caos en tu vida, que la propia experiencia.

Llego al portal, ando los pocos metros que me separan del ascensor. Pulso el botón. Odio los tiempos muertos, odio estar acompañado en el ascensor y subir muchos pisos sin tener nada que hablar. Silbar, mirar a ninguna parte, al suelo, al marcador del número de piso en que se encuentra tu cuerpo, no tu mente.

Mi mente estaba en... ah sí, puede que esté equivocado y al fin y al cabo el mundo gire (al fin y al cabo, que expresión más triste...), puede que aunque sólo sea un poquito, gire, aunque solo sean unos cuantos grados de mierda. No lo digo por nada en particular, todo sigue siendo tan desolador y tan árido como siempre, con el mismo olor a restos de pescado y a llaves viejas.

¿Por qué? ¿Por qué cambio de idea? Buena pregunta, por lo tanto, mala respuesta: no se. Lo único que tengo claro es que más allá de cualquier divagación inconclusa llevo ya más de una hora pensando en esa pareja de niños sordos, en la manera en que gesticulaban los "te quieros", o los "vamos a tomar un batido de chocolate", quien demonios sabe lo que estaría diciendo, el hecho es que sus ojos no me engañaban: se amaban.

Y...no se (vuelvo a no saber), puede que hoy todo se haya empeñado en que vuelva a creer en el amor, en la esperanza, y en que todas esas jodidas mentiras le siguen dando cuerda al mundo.

1 comentario:

  1. hay diversas categorias en la palabra amor, dentro de esa palabra tantos tipos de amar casi como personas en el mundo,como no cabe esperar que alguno de esos fuegos te ame como pieza que encaje en tu puzzle de deseo? o el amor racional,pesado y elegido, que aporta tanto bieestar y quietud, hay que labrar el amor y dejar de confundirlo con deseos,animaladas... pienso yo.

    te debia un mail,quizá en tu tiempo libre te apetezca dar el primer pase:
    lebasi_69@hotmail.com

    isa

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