"Mi cáncer, mi vértebra, mi ruido de volcán.
La furia contenida en un bote de fabes precocinadas o en una caja de zapatos.
El sonido de no mirar atrás.
La pelea de las mayúsculas por decir tu nombre.
Mi iracunda fiera interior con dientes hasta en las zarpas para destruir y comer, comer y destruir, ya no importa el orden.
Sien derecha. Sien izquierda.
Y la incertidumbre como un tornado que da vueltas sobre su propio eje de misterio.
Ese "si seré o no visto" habitando los coloretes de un niño escondido por primera vez en una alacena, un baúl o cualquier desván lleno de polvo y cosas viejas.
El paso del desasosiego al hartazgo cruzando...
el paso del desasosiego al hartazgo cruzando...
atravesando mi cabeza sucia y gris que se autoremienda a si misma mientras se vuelve loca los domingos de lluvia."
Pero después miro las fotos del salón donde sale gente sonriendo, donde sale el sol, donde se marchan las nubes y yo dejo de imaginar formas, nombres y ruídos, mientras por el balcón anidan gaviotas, y deja de tirarse gente y las madres cuelgan geranios, y la gente sale a correr por ocio, obligación y liberación de sus propias piernas. Y entonces suena "Light & Day", y me doy cuenta de que aunque todo esto ha pasado, nada ha terminado, las cosas siguen girando.
Y mi vecina ha hecho de nuevo tostadas...para que yo me coma el mundo.
qué bestia la última frase, sentenciosa. Grande, genial.
ResponderEliminarme encanta como escribes... transmites algo que no sé que es... pero es perfecto. Muy bueno.
ResponderEliminarPor lo menos tienes una ventana sobre la cama. ¿Se ven las estrellas desde ahí?
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