Cuántas veces he odiado a Rimbaud, por
su magia, por su juventud, por saber despedirse a tiempo...
jueves, 18 de octubre de 2012
lunes, 10 de septiembre de 2012
La marathoniana lucha del verbo sentir (La tristeza infinita del cazador de tortugas)
La tristeza infinita del cazador de tortugas, piensas... Acabas de salir de una discoteca y ya luce el primer sol, el más vergonzoso, el más ingenuo. La mayoría de las veces es un ritual que presencias solo ese de la transformación alquímica del negro en brillo. Durante este momento de asimilación de luz suelen venir a tu cabeza muy pocas reflexiones y muchas más idioteces como las clásicas: qué hago aquí, debería haberme acostado hace tres horas, tengo que descongelar el pan; poner una lavadora de blanco y tomarme un ibuprofeno, la he dejado escapar, tengo ganas de un donut... Aquella mañana, sin embargo, piensas en lo injusto que resulta dejar escapar un tren a pesar de no quererlo ver partir con todas tus fuerzas, en lo jodidas que son las cosas que nos disgustan y que no podemos controlar o no dependen de nuestras ganas de cambiarlas. Piensas en todo ello y en la tristeza infinita del cazador de tortugas...
Como una metástasis de mierda que todo lo inunda, como un rayo viajando dentro de una caja de zapatos, o un rumor malévolo sobre la chica más linda del instituto, así se ha anquilosado y propagado en mi vida circundante la impune y asquerosa costumbre a acostumbrarse.
Vuelves a casa sólo, o acompañado, o las dos cosas a la vez, y piensas que si el destino no existe hay algo parecido rondando por ahí sin hacer demasiado ruido. Algo que a veces (cada vez menos) te abofetea y te recuerda que estás vivo y que pasas la mayor parte del tiempo empeñándote en sobrevivir como un idiota, o alejándote de vivir como un masoca. Ese algo que te golpea puede adoptar muchas formas: un accidente, una pérdida, un libro, una canción, una persona...Mi preferida es la forma de mujer con plumas en los bolsillos. La forma de rizos, de curvas de piel, de venas torneadas de sol y jazmín. El bofetón que te propina una mujer es el más doloroso y placentero, el más real, el más certero y el más inolvidable. Cuando una mujer te rescata te olvidas del naufragio para siempre. Seguramente volverás a ser más niño y te acordarás de las cometas, y de que el cielo es algo más que aire vacío y palabras volando, que hay nubes con formas de camellos, chupa chups y sartenes, y que se tornan moradas, escarlatas, naranjas e incluso amarillas al atardecer. Recordarás probablemente que el salitre sigue donde estaba y que si te quedas en el olor a crema protectora jamás llegarás a entender el poder del mar o el secreto de las olas. De nuevo vendrá a tu cabeza el olor de las flores, y el tacto de la arena y los tarros de lentejas. Recordarás tantas y tantas cosas que por el momento que duré la bofetada llegarás a olvidarte hasta de ti mismo. Sólo alguna vez que otra, muy espaciada en el tiempo, llegará a tu cabeza de nuevo ese pensamiento cíclico "La tristeza infinita del cazador de tortugas que en su comodidad se olvidó de lo precioso que resultaba perseguir a los pájaros"
Como una metástasis de mierda que todo lo inunda, como un rayo viajando dentro de una caja de zapatos, o un rumor malévolo sobre la chica más linda del instituto, así se ha anquilosado y propagado en mi vida circundante la impune y asquerosa costumbre a acostumbrarse.
Vuelves a casa sólo, o acompañado, o las dos cosas a la vez, y piensas que si el destino no existe hay algo parecido rondando por ahí sin hacer demasiado ruido. Algo que a veces (cada vez menos) te abofetea y te recuerda que estás vivo y que pasas la mayor parte del tiempo empeñándote en sobrevivir como un idiota, o alejándote de vivir como un masoca. Ese algo que te golpea puede adoptar muchas formas: un accidente, una pérdida, un libro, una canción, una persona...Mi preferida es la forma de mujer con plumas en los bolsillos. La forma de rizos, de curvas de piel, de venas torneadas de sol y jazmín. El bofetón que te propina una mujer es el más doloroso y placentero, el más real, el más certero y el más inolvidable. Cuando una mujer te rescata te olvidas del naufragio para siempre. Seguramente volverás a ser más niño y te acordarás de las cometas, y de que el cielo es algo más que aire vacío y palabras volando, que hay nubes con formas de camellos, chupa chups y sartenes, y que se tornan moradas, escarlatas, naranjas e incluso amarillas al atardecer. Recordarás probablemente que el salitre sigue donde estaba y que si te quedas en el olor a crema protectora jamás llegarás a entender el poder del mar o el secreto de las olas. De nuevo vendrá a tu cabeza el olor de las flores, y el tacto de la arena y los tarros de lentejas. Recordarás tantas y tantas cosas que por el momento que duré la bofetada llegarás a olvidarte hasta de ti mismo. Sólo alguna vez que otra, muy espaciada en el tiempo, llegará a tu cabeza de nuevo ese pensamiento cíclico "La tristeza infinita del cazador de tortugas que en su comodidad se olvidó de lo precioso que resultaba perseguir a los pájaros"
jueves, 21 de junio de 2012
Mudas de tiempo
El cuerpo muda las estaciones como un viejo calendario inservible tendido al viento...a latigazos, a golpes de suerte. Mis ternillas, la blanca cascarilla de los huesos, el tuétano de la piel escamosa y lastrada de flores...Todo se pierde con la ausencia de lluvias.
La primavera, coqueta, puta y caprichosa se va dejando olor a ropa mal secada y se marcha lenta, demasiado correosa, como un cojo borracho y enamorado de perder el reloj, como la miel de un bote olvidado que descubres en casa de tu abuela mientras buscas caramelos caducos de pasadas cabalgatas de Reyes Magos.
La vida sigue aunque no haya flores, aunque no llueva, ni siquiera despacito. Y en la parte trasera del autocar recuerdo aquella segunda y sofocante primavera en Sevilla, donde te masturbarte para mi y el verano se negaba a entrar en la habitación por temor al desastre, por miedo a la explosión centrípeta de una polla y un coño colisionando.
Ahora que otro te ve tocarte y que otro te tiende la ropa, y que otro te pregunta cada mañana si quieres el café cargado; yo dejo el verano entrar a mi terraza, libre, sin miedo, sin nada que perder. Y el verano pasa, quizás algo disciplente, con el olor a olla recién abierta, a cloro, a cosas inútiles de plástico compradas en tiendas de chinos, a restos de corrida, a restos de triste nada...
Un verano más, un recuerdo menos.
La primavera, coqueta, puta y caprichosa se va dejando olor a ropa mal secada y se marcha lenta, demasiado correosa, como un cojo borracho y enamorado de perder el reloj, como la miel de un bote olvidado que descubres en casa de tu abuela mientras buscas caramelos caducos de pasadas cabalgatas de Reyes Magos.
La vida sigue aunque no haya flores, aunque no llueva, ni siquiera despacito. Y en la parte trasera del autocar recuerdo aquella segunda y sofocante primavera en Sevilla, donde te masturbarte para mi y el verano se negaba a entrar en la habitación por temor al desastre, por miedo a la explosión centrípeta de una polla y un coño colisionando.
Ahora que otro te ve tocarte y que otro te tiende la ropa, y que otro te pregunta cada mañana si quieres el café cargado; yo dejo el verano entrar a mi terraza, libre, sin miedo, sin nada que perder. Y el verano pasa, quizás algo disciplente, con el olor a olla recién abierta, a cloro, a cosas inútiles de plástico compradas en tiendas de chinos, a restos de corrida, a restos de triste nada...
Un verano más, un recuerdo menos.
domingo, 10 de junio de 2012
jueves, 7 de junio de 2012
Fuck the pain away...
Lo más sucio de esta primavera es tenerte presente incluso cuando no te echo de menos...
miércoles, 23 de mayo de 2012
Mi poesía ha sido siempre gente dormida,
Mi poesía ha sido puta de labios pintados y tres pollas a la vez,
el dolor de un miembro fantasma en el pecho,
los veinte primeros segundos de perplejidad bajo la nieve de una avalancha.
Mi poesía empezó a currar en estercoleros con tan sólo dieciséis
y nadie le dejó mascarilla, ni guantes, ni botas altas.
Nadie dijo "Los cristales al azul, el papel al amarillo".
Se mezcló todo. Ahora duele.
mosquitos reventándose contra las lunas de un coche nuevo.
Niños aprendiendo a tocar acordes de Black Sabath en el garaje de sus padres.
Lo que queda en las calles cuando amaina la riada: los esqueletos del lodo.
Mi poesía ha sido puta de labios pintados y tres pollas a la vez,
el dolor de un miembro fantasma en el pecho,
los veinte primeros segundos de perplejidad bajo la nieve de una avalancha.
Ha sido Perros hambrientos tapándose de la noche con sacos rotos,
cicatrices purulentas y hondas como las venas de un precipicio.
cicatrices purulentas y hondas como las venas de un precipicio.
Ventisca que nadie quiere en azoteas de ropa tendida
y vómitos eléctricos sobre blanco mármol impoluto.
y vómitos eléctricos sobre blanco mármol impoluto.
y nadie le dejó mascarilla, ni guantes, ni botas altas.
Nadie dijo "Los cristales al azul, el papel al amarillo".
Se mezcló todo. Ahora duele.
Mi poesía son salones tras una fiesta, llenos de mierda...
Por eso, si me preguntaran que por qué ahora,
que de qué va todo esto,
qué por qué vuelve,
qué por qué vuelve,
les diría que simplemente ha llegado la hora,
la hora de pagar el precio.
la hora de pagar el precio.
jueves, 17 de mayo de 2012
Abue
Se me fue en una alérgica y desteñida tarde primaveral, sin decir adiós, como los trenes enormes y los amantes orgullosos.
Ni charcos, ni flores, ni botes de perfumes rotos. Nada de algarabía, ni guirigay, dos palabras que suenan como sus dientes blancos repletos de risa.
Todo lleno de restos de nada. Es sólo en estos momentos en que uno piensa tatuarse fragilidad, fugacidad, escurridizo, existencia, efímero, o puta vida absurda.
La vida... al fin y al cabo, son vacíos y versos sin rima.
Los semáforos han muerto. Los olivos ya no polinizan. La ciudad del Sur, callada, parece ahora un pueblo de la Mancha, mudo.
Yo lloro, yo llanto, yo me descompongo. Me vienen bien las gramíneas para camuflar el dolor de los ojos. Me viene bien su adiós para tener de nuevo la excusa más potente que existe para estar triste: la muerte.
Hasta siempre, Abue.
Ni charcos, ni flores, ni botes de perfumes rotos. Nada de algarabía, ni guirigay, dos palabras que suenan como sus dientes blancos repletos de risa.
Todo lleno de restos de nada. Es sólo en estos momentos en que uno piensa tatuarse fragilidad, fugacidad, escurridizo, existencia, efímero, o puta vida absurda.
La vida... al fin y al cabo, son vacíos y versos sin rima.
Los semáforos han muerto. Los olivos ya no polinizan. La ciudad del Sur, callada, parece ahora un pueblo de la Mancha, mudo.
Yo lloro, yo llanto, yo me descompongo. Me vienen bien las gramíneas para camuflar el dolor de los ojos. Me viene bien su adiós para tener de nuevo la excusa más potente que existe para estar triste: la muerte.
Hasta siempre, Abue.
martes, 1 de mayo de 2012
Una vez más
He tenido lágrimas que pesan más que tú con todas tus putas cosas
dentro. Y luego ha salido el Sol, no sé si dos días o cien más
tarde, pero sé que ha salido porque mi almohada se ha secado, y mis
pieles, y mis zozobras lunares y todo lo que buena y malamente he
conseguido desde que recuerdo existir más allá de una vagina.
Ha sido entonces cuando alguien ha tomado la decisión por mi y el mundo ha seguido girando. Y no me ha quedado otra que dedicarme a escribir por el miedo a la muerte, el temor a la inercia vertiginosa, brutal e imparable que acogen las porciones más fugaces de lo que nos rodea. Me he visto oblgado a usar las letras como escondite y caparazón por el asqueroso miedo que todo lo convierte en quieto y en lago. He empezado a escribir desde que nací ahora que recuerdo...desde que soy consciente de que no solo depende de mi el hecho de estar vivo o querer estarlo, sino que hay factores como la suerte, las mujeres con navajas o los libros equivocados que pueden hacer que todo se acabe sin que dependamos de nosotros mismos. He comenzado a escribir por no finalizar. Lo he hecho por que ser un hijo de puta, o peor aún, ser consciente de que lo eres o que te estás convirtiendo en ello con toda la maldad enfermiza del mundo, asusta. Lo he hecho por que podía llenar de cosas tristes todo lo que me rodea si explotaba en el momento y en el lugar equivocado. Lo he hecho y me he equivocado (una vez más). Lo he hecho y no he arreglado nada. He comenzado un alud más grande que mis ganas de ti ¿El resultado? ni lo uno ni lo otro, las dos cosas... He aquí: Un hijo de puta que escribe.
Ha sido entonces cuando alguien ha tomado la decisión por mi y el mundo ha seguido girando. Y no me ha quedado otra que dedicarme a escribir por el miedo a la muerte, el temor a la inercia vertiginosa, brutal e imparable que acogen las porciones más fugaces de lo que nos rodea. Me he visto oblgado a usar las letras como escondite y caparazón por el asqueroso miedo que todo lo convierte en quieto y en lago. He empezado a escribir desde que nací ahora que recuerdo...desde que soy consciente de que no solo depende de mi el hecho de estar vivo o querer estarlo, sino que hay factores como la suerte, las mujeres con navajas o los libros equivocados que pueden hacer que todo se acabe sin que dependamos de nosotros mismos. He comenzado a escribir por no finalizar. Lo he hecho por que ser un hijo de puta, o peor aún, ser consciente de que lo eres o que te estás convirtiendo en ello con toda la maldad enfermiza del mundo, asusta. Lo he hecho por que podía llenar de cosas tristes todo lo que me rodea si explotaba en el momento y en el lugar equivocado. Lo he hecho y me he equivocado (una vez más). Lo he hecho y no he arreglado nada. He comenzado un alud más grande que mis ganas de ti ¿El resultado? ni lo uno ni lo otro, las dos cosas... He aquí: Un hijo de puta que escribe.
viernes, 27 de abril de 2012
Tumbonas que miran al cielo aunque esté nublado. No pueden elegir. Y yo, escuálido, serpenteando entre los vestigios de lo que tu llamas Dios. Me da igual la vida que has elegido. Yo tampoco tuve opción. Nadie me dijo que todo iba a catalogarse de "complicado", que huir sería visto cuanto menos, como delito de estado. Nadie avisa del peligro de mirar a los ojos. En la ciudad no hay señales de tráfico para decirte que no es bueno ser tan bueno...
domingo, 22 de abril de 2012
Catas de Primavera
Volvía yo de una cata de vinos en la madrugada de una noche de Primavera. Miraba el empedrado de la zona vieja, las paredes blancas, los geranios encendidos en fuego... De repente el vino afrutado habló por mi y me planteó la curiosa paradoja de esas mujeres impacientes por asir con endiablada locura el corazón de un hombre, aunque este sea incompleto, aunque lata como el leve y desesperado sonido de un pez agonizando a bocanadas de aire partido.
Estas mujeres, repito, que adjetivan precisamente como frío, hijo de perra, insensible y calculador, a aquel que más apasionada y desinhibidamente vive el presente. Aquel que odia las cuerdas, los tiempos verbales terminados en -eremos, -aremos y las construcciones como "vamos a".
Sonreía pensando en la desesperada e imbécil ambición por poseer alguien que nos complete. En la idiotez de la teoría de la media naranja, en el daño que han hecho los finales de Disney a toda mi generación y en lo ilusas que son aquellas romanticonas que sólo contemplan la pareja férrea, la única existencia de un protón indivisible de amor. Todas aquellas inseguras que confunden calor con frío.
Me causa gracia cuando voy borracho. Me causa pena cuando he de padecerlo. Me hace sentir incómodo como esos momentos de verano en el ascensor, cuando coincidimos con el vecino equivocado recién llegado del gimnasio y bajando a tirar la basura. Momentos en que no puedes hablar del tiempo, ni de fútbol, ni de lo difñicil que es conseguir una mujer que sepa mecerte tus vaivenes...Pero, ya saben, son paradojas que me invento, o que se inventa el vino, en noches de Primavera...
Estas mujeres, repito, que adjetivan precisamente como frío, hijo de perra, insensible y calculador, a aquel que más apasionada y desinhibidamente vive el presente. Aquel que odia las cuerdas, los tiempos verbales terminados en -eremos, -aremos y las construcciones como "vamos a".
Sonreía pensando en la desesperada e imbécil ambición por poseer alguien que nos complete. En la idiotez de la teoría de la media naranja, en el daño que han hecho los finales de Disney a toda mi generación y en lo ilusas que son aquellas romanticonas que sólo contemplan la pareja férrea, la única existencia de un protón indivisible de amor. Todas aquellas inseguras que confunden calor con frío.
Me causa gracia cuando voy borracho. Me causa pena cuando he de padecerlo. Me hace sentir incómodo como esos momentos de verano en el ascensor, cuando coincidimos con el vecino equivocado recién llegado del gimnasio y bajando a tirar la basura. Momentos en que no puedes hablar del tiempo, ni de fútbol, ni de lo difñicil que es conseguir una mujer que sepa mecerte tus vaivenes...Pero, ya saben, son paradojas que me invento, o que se inventa el vino, en noches de Primavera...
martes, 10 de abril de 2012
Otro cúmulo de mierdas sobre cualquiera
Tengo mono de tu desnudez y tu poesía; tengo ganas de tus adentros, de tu azahar, de tu sonrisa siempre abierta como las piernas de una puta. Tengo ganas de tocarte la guitarra como se acaricia la vagina de la mujer a quien se ama. Quiero inyectarme dentro, muy profundo, ser tu yonqui en tu aguja. Quiero comerme tus pecas, digerir tus vaciles, que tu piel sea mi toalla de sudor.
Quiero una pistola cargada de tu olvido.
lunes, 9 de abril de 2012
Want
You wanted. You wanted. You wanted...
Pero no se hizo efectivo. Es como tener mucho dinero en el banco sin tarjetas de crédito. Pisos vacíos llenos de polvo y telarañas.
You wanted. You wanted. You wanted...
Pero no pasó nada. Parecía que las líneas fueran a converger y al final se hicieron islas rotas nacidas de una Pangéa pasional.
You wanted. You never give up. You wanted....
Es absurdo aspirar a tejer cosas si te encanta tensar la cuerda para que los demás contemplen lo fuerte que eres. Son absurdos ese tipo de juegos, casi tan absurdo como aspirar a ser querida y en el fondo no querer a nadie.
No quieres a nadie puta. No quieres a nadie...
Pero no se hizo efectivo. Es como tener mucho dinero en el banco sin tarjetas de crédito. Pisos vacíos llenos de polvo y telarañas.
You wanted. You wanted. You wanted...
Pero no pasó nada. Parecía que las líneas fueran a converger y al final se hicieron islas rotas nacidas de una Pangéa pasional.
You wanted. You never give up. You wanted....
Es absurdo aspirar a tejer cosas si te encanta tensar la cuerda para que los demás contemplen lo fuerte que eres. Son absurdos ese tipo de juegos, casi tan absurdo como aspirar a ser querida y en el fondo no querer a nadie.
No quieres a nadie puta. No quieres a nadie...
miércoles, 4 de abril de 2012
El separador de páginas
No es fácil encontrar a alguien que tampoco use separador de páginas, no es fácil.
miércoles, 28 de marzo de 2012
Blancos y negros
Nos amamos en blanco y negro como una vieja película francesa de Nouvelle Vague, con personajes que fuman en actos reflejos de olvido. Nos amamos sin colores ni parásitos lumínicos que adulteraran el beso bicéfalo y bicolor, como un tatuaje de sombras se ancla a una piel ya vencida y sumisa. Nos amamos en penumbra, en Berlín otoñal a orillas del Spree. Nos amamos en gris tendente a ceniza. Nos amamos en ruinas, en escombros de haces de luz deformados. Nos amamos en cromatismos que rozan el cero, en madrugadas...
sábado, 24 de marzo de 2012
Nessy
Joder, joder, joder, joder, joder, como sinónimo de ultrajar.
He perdido el norte, me pregunto. Mi brújula está sesgada, podrida, condicionada, oxidada.
He perdido el norte, me pregunto. Mi brújula está sesgada, podrida, condicionada, oxidada.
Los pies por delante. El corazón por detrás, mirando de r(e)ojo.
La empatía es mi monstruo del lago Ness, preferido. Llevo tanto buscándola, tanto sin encontrarla...
La empatía es mi monstruo del lago Ness, preferido. Llevo tanto buscándola, tanto sin encontrarla...
viernes, 23 de marzo de 2012
Quiero venganza...
Haría una sangría en el pecho de esta ciudad de mierda...
Coches pequeños de altavoces gigantes canturreana paso lento eslóganes políticos desde primera hora de la mañana. La gente sonríe al escuchar sus falacias y propuestas imposibles. Es decadente. Casi como morir a arañazos...
Cada vez que pasa uno de esos coches, los niños del colegio de enfrente de mi ventana se acercan a los barrotes del presidio escolar. Se miran con caras de expresión neutral, algunos como si olieran a huevos duros, otros como la primera vez que escucharon e intentaron comprender un trueno. Los más pasotas dan collejas a los que ocupan la primera fila de las rejas para poder seguir jugando. Un niño desconoce la perplejidad hasta que no se enamora de los ojos de una chica, o hasta que no tiene una mascota, o hasta que no le regalan los Reyes Magos todo aquello que ha venido soñando los últimos meses a través de los anuncios que sesgan sus dibujos animados. Pienso. Un niño no conoce la perplejidad pero conoce la estupidez.
En la frutería de la esquina un anciano lleva el carro y por la soltura con la que lo agarra y arrastra y la dificultad con la que agarra y arrastra sus propias piernas, me arriesgo a decir que el carro va más vacío que lleno. Veo su expresión de asco, asco solemne, madurado. Me detengo en sus gestos y de repente me da la sensación de que lleva una existencia de mierda, y de que dentro de cincuenta años es muy probable que el 80% de esta ciudad lleve una vida más de mierda aún...
Quiero matar a todos los políticos. Con mis manos. Quiero que escupan toda la coca que les hemos pagado. Quiero que lloren, que sufran, que vean a sus hijos llorar al borde de un desfiladero. No quiero hacerme viejo. Temo a la muerte pero más aún temo al miedo y mucho más aún al miedo de durar demasiado de una manera esquelética que tenga lo peor del humano consumido y el animal carroñero. Quiero hendir mis dedos en el pecho de esta ciudad de mierda y contemplar su mugre, y echarle ollas de agua oxigenada dentro, que duela, que cicatrice, que espumee.
En la frutería de la esquina un anciano lleva el carro y por la soltura con la que lo agarra y arrastra y la dificultad con la que agarra y arrastra sus propias piernas, me arriesgo a decir que el carro va más vacío que lleno. Veo su expresión de asco, asco solemne, madurado. Me detengo en sus gestos y de repente me da la sensación de que lleva una existencia de mierda, y de que dentro de cincuenta años es muy probable que el 80% de esta ciudad lleve una vida más de mierda aún...
Quiero matar a todos los políticos. Con mis manos. Quiero que escupan toda la coca que les hemos pagado. Quiero que lloren, que sufran, que vean a sus hijos llorar al borde de un desfiladero. No quiero hacerme viejo. Temo a la muerte pero más aún temo al miedo y mucho más aún al miedo de durar demasiado de una manera esquelética que tenga lo peor del humano consumido y el animal carroñero. Quiero hendir mis dedos en el pecho de esta ciudad de mierda y contemplar su mugre, y echarle ollas de agua oxigenada dentro, que duela, que cicatrice, que espumee.
El viejo sigue arrastrando los pies. Ahora pasa un coche de Izquierda Unida. Los altavoces truenan. El viejo se detiene, se gira, mira el paso lento del vehículo. Tuerce el gesto un poco más. Habla en alto pero no lo escucho.
Me parece leer: Quiero venganza para esta vida de mierda, quiero mi propia venganza..
Me parece leer: Quiero venganza para esta vida de mierda, quiero mi propia venganza..
martes, 20 de marzo de 2012
Catastrofia
La atrofia causada por el movimiento de valor zero o por la nulidad de vectores de fuerza que obliguen al desplazamiento (particular) es el caso más común de catástrofe sentimental o también conocida como Catastrofia.
Mucho se ha escrito sobre este estadío (sic) emocional e incontables han sido los poetas o intentos de vate, que en su día escribieron sobre la Catastrofia como sinónimo de vacío intermolecular a nivel del bajo tórax y alto vientre.
De la abundante bibliografía disponible sobre la anamnesis, sintomatología, diagnóstico y tratamiento de la misma, me quedo con una frase "El amor se nos murió de tanto dormir abrazados..."
Mucho se ha escrito sobre este estadío (sic) emocional e incontables han sido los poetas o intentos de vate, que en su día escribieron sobre la Catastrofia como sinónimo de vacío intermolecular a nivel del bajo tórax y alto vientre.
De la abundante bibliografía disponible sobre la anamnesis, sintomatología, diagnóstico y tratamiento de la misma, me quedo con una frase "El amor se nos murió de tanto dormir abrazados..."
domingo, 18 de marzo de 2012
Edificaciones
Ladrillo sobre ladrillo cada vez es mayor la presión que invade los cimientos de esta rosa no florida. Cuando hablo de la rosa no florida, presten atención que no hablo de semilla. Es un feto floral mal alumbrado con bracitos de amor como trompas de falopio en una niña de coral.
Todo lo que escribo hoy son metáforas de como amar sin ser visto, o como ver a gente amar sin ser amado. Son versiones poco cuerdas, raras, complejas, como ecuaciones de flujos venosos en cuerpos podridos. Todo lo que hablo hoy no es exacto, y si me apuran tiene más de diez decimales. Acariciar como en Sevilla, como en el lecho del río, e intentar computarizar el hecho de comerme un coño en una habitación nevada por dentro y por fuera en la zona más septentrional de Noruega. Todo eso tiene decimales, muchos.
Y como aprendí de mis compañeros de piso que estudiaban arquitectura: la base de cualquier edificio es la estructura férrea y ordenada. Después yo añadí que la base de cualquier amor o cualquier intento, no es otra cosa que la pirámide invertida de todas aquellas veces que hemos fracasado previamente.
Y me quedé tan pancho...
Todo lo que escribo hoy son metáforas de como amar sin ser visto, o como ver a gente amar sin ser amado. Son versiones poco cuerdas, raras, complejas, como ecuaciones de flujos venosos en cuerpos podridos. Todo lo que hablo hoy no es exacto, y si me apuran tiene más de diez decimales. Acariciar como en Sevilla, como en el lecho del río, e intentar computarizar el hecho de comerme un coño en una habitación nevada por dentro y por fuera en la zona más septentrional de Noruega. Todo eso tiene decimales, muchos.
Y como aprendí de mis compañeros de piso que estudiaban arquitectura: la base de cualquier edificio es la estructura férrea y ordenada. Después yo añadí que la base de cualquier amor o cualquier intento, no es otra cosa que la pirámide invertida de todas aquellas veces que hemos fracasado previamente.
Y me quedé tan pancho...
jueves, 15 de marzo de 2012
Bloqueo
Estoy bloqueado, pero al contrario que otras tantas veces, siento en el pecho la flema de la tinta, el olor a descomposición emocional, la pus de la palabra a punto de estallar...
Es sólo cuestión de tiempo, me digo. Es sólo cuestión de zorras, caídas, libros y alcohol, me dicen. Yo no hago caso de eso. Es lo fácil...me refiero a escribir triste. Lo más doliente y lo más latiente salen con fuerza, Tiene que ser bueno a cojones, o al menos potente, electrizante...pero ¿y si no me decanto por la manera fácil? ¿Y si rehuyo de motivarme a la manera Bukowskiana? ¿Podré escribir desde el zumo de naranja? ¿Desde la terraza al Sol? ¿Desde la sonrisa? ¿Tendré la misma fuerza que antaño cuando escribir era la única manera de escapar?
Probaré mañana, sí, mañana, pero recién levantado... hoy por lo pronto salgo a ver las farolas y tengo miedo a volver tarde, a hacerlo al amanecer de las cosas. Eso sólo sería una señal inequívoca de que vuelvo sólo y borracho y de que es el mismísimo Chinaski el que ha desecho mi cama.
Es sólo cuestión de tiempo, me digo. Es sólo cuestión de zorras, caídas, libros y alcohol, me dicen. Yo no hago caso de eso. Es lo fácil...me refiero a escribir triste. Lo más doliente y lo más latiente salen con fuerza, Tiene que ser bueno a cojones, o al menos potente, electrizante...pero ¿y si no me decanto por la manera fácil? ¿Y si rehuyo de motivarme a la manera Bukowskiana? ¿Podré escribir desde el zumo de naranja? ¿Desde la terraza al Sol? ¿Desde la sonrisa? ¿Tendré la misma fuerza que antaño cuando escribir era la única manera de escapar?
Probaré mañana, sí, mañana, pero recién levantado... hoy por lo pronto salgo a ver las farolas y tengo miedo a volver tarde, a hacerlo al amanecer de las cosas. Eso sólo sería una señal inequívoca de que vuelvo sólo y borracho y de que es el mismísimo Chinaski el que ha desecho mi cama.
miércoles, 14 de marzo de 2012
miércoles, 22 de febrero de 2012
Manifestaciones sobre manifestantes
Este país de parias y panderetas, de subnormales polarizados políticamente, de consumidos por los medios de una u otra ala de la sinrazón, se rasga las vestiduras cada vez que hay una manifestación que se disuelve a golpes. Clama venganza y se llenan de estupor al ver las imágenes de un desalojo. Toda su ira hacia los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Las mismas en las que trabajo su primo, o quiere opositar su hermana, las mismas que le echan a los borrachos del portal o que hacen esos trabajitos que hace muy poco nadie quería y ahora todos quieren. Hostias por ser Policia Nacional, pero eso es otra historia. Lo que me hace gracia es la demonización del gremio. Aquí pillan siempre los primarrones, los más bajos de la escala, los que se ven obligados a ponerse el casquito y las protecciones para escuchar como se cagan en su puta madre cuatro descerebrados que no saben lo que es una manifestación, sino una insultación. Y yo me pregunto que pasaría con esos "estudiantes" civilizados si se les diera una porra y un casco, si hablarían igual de "injusticia" al ritmo de golpe y mamporro. Esos mismos a los que si se les diera la opción de ocupar la posición del que tienen en frente, estoy seguro que en su gran mayoría no dudarían ni un instante, y atizarían más fuerte aún si cabe, y no dirían "Despejen por favor", sino "En nombre de la Hoz y el Martillo y de mis santas libertades, aparta o te arreo de hostias hasta que te vuelvas rojo, o púrpura". Por que no hay nada peor que un idiota con un mazo, bueno sí, un consumido político,un rebanado de su ala derecha o de su ala izquierda del cerebro, eso si que es jodido macho, muy jodido...Presumir de libertades o de búsqueda de ellas, nos encanta ser progres y pisotear al currante que vive enfrente porque una parte muy pequeña de su gremio se equivoca. Cocer se cuece en todas las casas y antes de aporrearle la puerta al vecino para cagarnos en su putísima madre porque nos molesta el humo de su olla, quizás y digo sólo quizás, bien deberíamos ver si el humo de la maría que fuma nuestro hijo adolescente no está jodiendo a la octogenaria vecina del quinto...Es muy simple, y resumiendo que ésto se me alarga, mis derechos terminan donde comienzan los del otro, eso se llama RESPETO...y una cosita más, los deberes no son un invento social y demócrata que se esconden debajo de la cama cuando no nos interesan, los deberes haberlos haylos, y cumplirlos es el primer paso para poder vivir medianamente en paz.
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