sábado, 16 de abril de 2011

Páginas. Comedias románticas. Tardes de Sábado que parecen de Domingo...

Desde la imparcialidad que me da escribir sobre algo parecido a las hormonas agitadas en un bolsillo, al amor, a la incandescencia de los cuerpos, al destino, la casualidad, el olvido, el abrazo y el desayuno en la cama, con ésta, mi cara de tonto habitual mientras toco mi paladar con la lengua y aprieto mi férula de descarga antibruxismo con los colmillos, e intento obviar una presión intracraneal añadida (PIC) causada por un abuso de ron y verdades en la noche de ayer, sentencio que siempre se acaba pasando página, y me doy cuenta de que es jodidamente curioso que se trate de algo que no he aprendido precisamente a base de leer libros. Las páginas de Henry Miller me han enseñado cosas como que "la mejor forma de olvidar a una mujer es convertirla en literatura" pero no me han dicho mucho sobre sus canciones, los bombones equivocados, los cafés "solos" y las lunas a mitad.
Escribo de nuevo desde la imparcialidad que da haber sufrido más que muchos y menos que cualquiera, y pensar, sobre todo, que las comedias románticas tratan de personas que sufren y sonríen a la vez y que pasan gran parte de su vida con cara de ingenuos por no decir con cara de gilipollas sin saber cuanto cuesta el kilo de tomates pero teorizando sobre el abandono de los cuerpos al destino de las cosas dulces. Tipos y tipas a los que abrazarías pero a los que jamás follarías más de dos veces. Personas que dicen (sus) verdades de manera entrañablemente aterciopelada, absurdamente tierna, graciosamente simplista. Verdades que cursan sobre echar de menos, echar de casa, echar al fin y al cabo, y que argumentan con decenas de teorías pseudocientíficas y con base sociológica en el real y fundamentado pragmatismo que se te otorga cuando lloras más de dos días por el mismo coño o el mismo recuerdo (¡qué viene a ser lo mismo!). Todo ello creado para explicar lo inexplicable, para simplificar lo inabarcable, para que el mundo no se tome en serio y solo unos cuantos pensemos que reirse de eso que llaman amor es una manera más de no entenderlo, o no querer hacerlo.

Por cierto, no espero que lo entiendas. Sólo ve "(500) Days of Summer".

1 comentario:

  1. jajajajajajaja!!! me rio porque yo también la vi y la ODIÉ! Me gustan tus formas de decirlo!
    :)

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