Calaveras y diablitos.
Desiertos de tez morena.
Sangre de sandías y caramelos de higuera.
El guacamole mancha las barbas de la tierra,
la lima y el cilantro retuercen nuestras lenguas.
Tu gramola suena rasgada,
me encantan los discos viejos,
los besos viejos, los vinos viejos, los muebles viejos, los recuerdos viejos, y los niños que hablan como viejos.
con insistencia le rezan a la muerte.
Las arenas del desierto traen sombreros bien anchotes,
sonidos de pistolas, olor a pólvora y a coca,
sabores de Arizona.
¿por qué te aderezas tan guapa,
por qué sigues llevando pistolas?
Calle Milagros exhala un vaho ardiente.
Papito y Mama Juana, dos sexos sin dientes.
Granadas, piruletas, tomateras....
Porque ningún poeta nuevo es solamente poeta. Es sólo un triste e inmaculado vestido de domingo. Sólo existen poetas nuevos de entretiempo, como chaquetas a las que no se le da uso. Poetas que escriben para llenarse el estómago con ligeros sneak entre comidas. Y yo me uno a ellos, cuando el estómago llama y no queda amor en la nevera: poemas, poemas, poemas sin alma.
Sin alma o con ella intercalada
ResponderEliminar