Papa quiere tocar la trompeta como Chet Baker, pero siempre tiene los dedos ocupados con crucigramas y fotos de cuando llevaba pantalones de campana. Mama quiere morir con la soga al cuello porque no tiene ni tabaco, ni sueños, ni pinzas de la ropa. Y yo ando escondiendo las cuerdas, desafilando cuchillos, vaciando la piscina.
Y es que cuando todo sale mal, nadie nos puede privar del derecho a correr.
A veces parezca que vivas una vida paralela a a mía y escribas mis propias reflexiones entre tanta nada.
ResponderEliminarun saludo
isabel