Siempre he querido que Peter Pan me vea follarme a campanilla. Verlo morderse los labios, apretar los puños de impotencia hasta que le revienten los tendones de las muñecas al observar como taladro a esa zorrita risueña con alas. Lo que daría yo por verle la cara a ese cabrón mientras la envisto como un desvalido perdedor sin bolsillos.
Jódete Peter, jódete, le susurraría entre dientes. De bien seguro que a la hora de correrme en sus alas, miraría a Peter y gritaría bien fuerte: "No existe el país de nunca jamás, hijos de puta, no existeee".
Odio esos reductos de la imaginación donde todo es posible, incluso el olvido. Eso no existe joder, no me vendas copas de vino en desiertos. No os empeñeis en hacernos más míseros. No enseñes a los niños a soñar ahora y a ser futuros sonámbulos tristes luego. Málditos cerdos.
Todo esto lo escribo en días de resaca y mi verdadero nombre es Walt Disney.
Quizá sea ese, el lugar comun que todos anhelamos, quiza ese sea el lugar del que trate la vida, aquello que tan solo alcanzamos con un simple salto de nuestra imaginación.
ResponderEliminarTu uff me suena entre imágenes, a un medio soplido bufido leve...
lunática
espero que plantes paragüas de colores en tus balcones antes de que la rutina haga de nuestros cuerpos ceniza en la cuneta.
Desde ese lugar que alguien habia llamado pais de nunca jamás.
No se porqué a mi cada vez me cae peor Peter
ResponderEliminarBuena la casualidad de haberme encontrado con tus escritos. lo poco que he leído hasta ahorita que vengo entrometidamente a comentar me gusta. Mucho.
ResponderEliminar